¡Que nos vamos a Sevilla!,
a un aquelarre de brujas,
a un simposio de telillas
del sindicato “La Aguja”.
No es que nos guste un carajo
ni que nos llamen los trapos,
¡que “pa” tragar este sapo!
hay que tener mucho cuajo.
Ante tanto desatino
del genero femenino;
he de decir lo que opino
…¡no me gusta este destino!
de trapos, dedal y lino
que nos importa un pepino
al género masculino.
Habéis roto el armisticio
y trocado a los maridos
por el patchwork… que es un vicio,
y estamos tan ofendidos,
tan solos, tan deprimidos,
que os costará un Potosí,
mimitos y mucho oficio
recuperar lo perdido.
Tres machotes….de bufones,
de adorno….como floreros;
rendidos en el albero
cual trío de mandilones.
Ya me huelo el cachondeo,
la puya y el pitorreo;
que si mansos y cabestros,
que si eunucos y ambidiestros.
“Pa” evitar malentendidos
y eludir escaramuzas,
por un lado los maridos
y por otro las marujas.
Y “pa” cortar comidillas,
¡si te he visto no me acuerdo!
“na” mas llegar a Sevilla.
Vosotras a los trapitos
de patchwork y exposiciones;
nosotros a los pinchitos,
de tapitas y mesones;
cual trío de señoritos
que ejercen de solterones
y “pa” vernos…por las noches,
solo en las habitaciones.
Y si buscáis emociones
y el carnal ayuntamiento,
habrá que ver si es momento,
y estos cuerpos cerveceros
tienen ganas de achuchones.
Posdata:
Estamos muy cabreados,
pero a Sevilla …vamos.